Las continuas novedades en el sector de los drones no paran de sucederse, las carreras de inmersión con mini drones ya no son algo raro desde que tenemos una liga internacional que premia a los mejores pilotos del mundo. Ahora por lo visto lo que se lleva es dejar las emisoras a un lado y controlarlos directamente con la mente.

El uso de interfaces que interpretan las ondas cerebrales como pulsos de señal eléctrica para su posterior procesamiento no es nuevo, si lo es, sin embargo, su aplicación como puente para poder mover un drone sin la ayuda de nuestras manos.

En la Universidad de Florida han sido pioneros en el uso de estas interfaces cerebrales con esto objetivo y para ello 16 voluntarios han participado en el exitoso experimento. Lo que parece a simple vista como una diadema, registra las ondas cerebrales de los participantes y las filtra para obtener finalmente unas órdenes para que el drone se mueva.

Esta tecnología como es presumible puede ser ampliamente adaptable a multitud de otras aplicaciones, como el mundo de la domótica, las personas con problemas de movilidad, entre otras cosas.