Varias han sido las alertas en el último año en Estados Unidos y Europa en las que pilotos de compañías aéreas han tenido que realizar maniobras de emergencia para esquivar drones que volaban a alturas y distancias prohibidas con respecto a aeropuertos internacionales, afectando de ese modo la seguridad de varios vuelos con pasajeros.

Diecisiete avisos de emergencia por parte de pilotos de aviones que prestan vuelos regulares han sido reportados sólo en el estado de Colorado (Estados Unidos), muchos más en el resto del país.

En Junio, un vuelo de Denver a Colorado detectó un dron volando a una altura de 2.000 metros y a menos de 3 kilómetros del aeropuerto, poniendo en alerta a piloto y tripulación ante lo que pudo haber sido una desgracia de enormes proporciones.

A pesar de que la ley es clara y los fabricantes de drones desarrollan medidas de seguridad para alejar a los drones de aeropuertos y aeródromos, procurando separarlos del tráfico aéreo, bien es cierto que el uso indebido  de estos aparatos puede poner en riesgo además de vidas de personas, todo un sector en expansión. Según las autoridades, sólo es cuestión de tiempo que suceda una tragedia si no se ponen cartas en el asunto.

Hay que recordar que la altura máxima a la que pueden volar los drones es de 120 metros (400 pies), y está terminantemente prohibido volar a menos de 8 kilómetros (5 millas) de cualquier aeropuerto o aeródromo. Es fácil configurar tu dron para que no rebase la altura y distancias máximas permitidas, pero además hay que observar y evitar zonas de concurrencia de tráfico aéreo, algo que de no ser respetado y en caso de desgracia puede terminar con responsabilidades penales, multas y sanciones muy graves.